Devaluación?

Si bien constantemente leemos en los diarios discusiones sobre el tipo de cambio, la estructura monetaria, la solidez del modelo economico y el plan de convertibilidad, creo que no evaluamos de manera sensata el contexto que se generaría en base a los cambio propuestos .Me gustaria hacer un ejercicio mental e imaginar cual seria el escenario en cada situación. Supongamos que el gobernante de turno decidiese junto a su equipo de economistas, distanciarse del camino del modelo actual y optar por una banda de flotacion controlada, lo cual funcionó en otros paises, sin embargo aquí sería impracticable por una cuestion sociocultural. La sola mención de cualquier modificación , por más ínfima que sea, en la banda cambiaria dispararía automáticamente una corrida contra el dolar, invitaría a la gente a acercarse a las casas de cambio y a trasladar cada centavo ahorrado en pesos al billete norteamericano. Por otro lado las colocaciones en pesos que hoy dejan dos o tres puntos mas que las de dolares tenderían a desaparecer con el consiguiente costo financiero por el dinero que se deja de percibir. Esto acarrea otros problemas más graves como la pérdida de confianza internacional, la debilitación de una moneda que se propuso como fuerte y que fue defendida de forma incondicional ante crisis como la mexicana, la asiatica y la brasilera y por si esto fuera poco el aumento del riesgo país atado directamente a la confianza de los inversores y al respeto de los compromisos internacionales. Vayamos mas alla, supongamos que nuestra posición ante los acreedores internacionales sufriese un cambio de tono y decidamos nosotros mismos que compromisos cumplir y cuales dejar de lado, nuevamente estaríamos frente a un corte del crédito internacional y obviamente estaríamos en pocos meses mucho peor que antes de adoptar medida alguna. Nuestro motor hasta el momento fue en parte el exceso de liquidez internacional, en parte el dinero de las privatizaciones y en parte el recorte de ciertos presupuestos. Ahora el camino está pura y exclusivamente ligado con nuestro comportamiento, el de todos, el de cada uno de nosotros. Quienes ocupan un cargo en el gobierno deben saber que la gente se ajustó los cinturones y no tuvo reparos en contraer su economía, siempre y cuando esto sirviese para llegar a los resultados prometidos. Por otro lado los camaristas deben entender que el gasto público y el presupuesto nacional no son billeteras abiertas sino una caja de ahorros desde donde debe salir solo lo absoluta y primordialmente necesario, ni un centavo mas. Y como tercer y último escalon y tal vez el mas duro para todos, nuestro caracter de contribuyentes leales, esto implica que nadie debe pagar más que lo que corresponde, pero tampoco menos. Porque uno de los motores fundamentales del sistema se basa en la recaudación de impuestos y si esta pata de la estructura falla, lo mas probable es que aparezcan otras patas intentando reemplazarla con lo cual se llega a injusticias tales como la creación de impuestos irrisorios, tasas presuntas y ganancias sobre ventas no realizadas. Ajustarse los cinturones no significa gastar menos, sino gastar bien, pagar lo que corresponde cuando corresponde y discutir y protestar cuando existen injusticias. Lamentablemente sabemos que para nosotros es más facil discutir y criticar que aportar y construir, pero internamente cada uno reconoce que las palabras se las lleva el viento y solo los hechos marcan la historia.